Saturday, April 14, 2012

Steve McCurry

Vengo a todo color. Es lo menos que podía hacer tras este parón vacacional. Pero como ya he dicho anteriormente, recupero y me pongo al día con una triple entrega que me esta suponiendo estar toda una tarde sentada pero que compenso con lo que aprendo y disfruto con lo que más me gusta: las fotos.

Steve McCurry. No se trata de algún americano creador de una salsa que lleva su nombre, no. Steve McCurry se ha ganado el estar en este blog de largo. Atentos.



Es conocido como uno de los mejores creadores de imágenes actuales.

Querréis saber, ¿que fotografías se esconden tras este objetivo? Pronto lo sabréis.

Desde 1986 lleva McCurry capturando con Magnum Photos la esencia de la humanidad. En lo bueno y lo malo. Apoyandose siempre en su brillante forma de entender la luz, el reconocido fotógrafo estadounidense es quizás uno de los que mejor ha sabido plasmar el alma de los países más desfavorecidos. Sabiendo capturar la esencia de la lucha y la alegría humanas.

Nació en Filadelfia y se graduó Cum laude en la Universidad Estatal de las Artes y Arquitectura de Pensilvania. tras trabajar dos años en un periódico, se fue a la India como fotógrafo freelance.
Ahí aprendió a observar y esperar. 


"Si eres paciente, la gente olvida tu cámara y deja aflorar su alma".


Su carrera alcanzó un punto decisivo cuando, vestido con ropas tradicionales, cruzó la frontera pakistaní y entró en territorio afgano controlado por los rebeldes, justo antes de la invasión soviética. Cuando salió, tenía rollos de película cosidos a su ropa con imágenes que darían la vuelta al mundo como las primeras que mostraron el conflicto. Este trabajo le hizo ganar la medalla de oro de Robert Capa al mejor reportaje fotográfico del extranjero, premio dedicado a los fotógrafos que muestran un valor e iniciativa excepcionales.

McCurry ha recibido numerosos premios, incluido el de Fotógrafo del Año. Ha ganado cuatro premios en el certamen Worl Press Photo y dos veces el premio Olivier Rebbot.

Steve McCurry ha fotografiado innumerables conflictos civiles e internacionales: Beirut, Camboya, Filipinas, la Guerra del Golfo, la antigua Yugoslavia, Afganistán, Burma, Iraq, Yemen y el Tíbet. No plasma únicamente las consecuencias de las guerras sobre los paisajes y el terreno, sino que se centra en las consecuencias que se perciben en los rostros humanos.

Esta es la fotografía que supuso un importante hito en su carrera. Tomada años atrás en un campo de refugiados a una niña afgana de 12 años. Se trata de una de las fotografías más famosas del mundo.
Fue una niña desconocida durante al menos 15 años hasta que McCurry y un equipo de National Geographic localizaron a la mujer, Sharbat Gula, en  2002.









Asentado en Nueva York, el fotógrafo ofrece cursos de fin de semana así como cursos de foto de dos semanas en Asia. De momento, me conformo con observar su trabajo y aspirar a conseguir al menos la mitad de lo que el ha hecho. Soñar es gratis.











































































































































































Steve McCurry: "Estaba en Jaipur, la capital de Rajastán, haciendo un reportaje sobre asistencia sanitaria. Visité muchos hospitales, no sólo en Jaipur sino en toda la India, y pasé mucho tiempo en los diferentes departamentos de los centros a los que fui. Lo que yo buscaba era la forma de mostrar una relación especial entre paciente y doctor.
Un día fui a la unidad de cuidados prenatales donde tenían a este niño que había nacido en un parto prematuro. Necesitaba muchos cuidados y atención, oxígeno y la alimentación adecuada, y unas condiciones sanitarias que le proporcionasen un ambiente especial. Así que para entrar en la unidad me tuve que poner un traje especial, una máscara y un gorrito… y por supuesto quitarme los zapatos.
Empecé a fotografiarle en el momento en que el doctor procedía a escuchar el latido del corazón al bebé. Tenía esas manos, que son más grandes que el propio niño, y mientras le tomaba esa medición por alguna razón el niño levantó el brazo y pareció que esbozaba una pequeña sonrisa. No sé si realmente lo era o no, pero parecía como si disfrutase y apreciase la atención que estaba recibiendo. No hay forma de saber si realmente era así, pero es divertido mirar imágenes, inventar historias y darles un significado a esas fotografías. A veces no lo hay, pero es divertido encontrar algo que explique esa situación.
Intentaba ilustrar la asistencia sanitaria, y ésta parecía la situación perfecta para hablar de cómo los seres humanos, a esta edad, necesitan atención. Era la forma perfecta de ilustrar la ternura, la compasión, el cuidado y la ayuda hacia este niño indefenso y de cómo los doctores le dieron la vida.
Busqué directamente una composición sencilla, con un acercamiento minimalista. Se trataba de mostrar los elementos esenciales: las manos del doctor, los tubos y el bebé. Creo que tiene una lectura que cualquiera en el mundo entiende y que muestra perfectamente el objetivo de la fotografía, que es cómo una persona cuida de otra. Y además de forma efectiva, porque el niño sobrevivió, mientras que en la India otros muchos recién nacidos con problemas mueren.
El trabajo de un fotógrafo documentalista es registrar el mundo, y ciertamente la enfermedad y la muerte son parte de la experiencia humana, de lo que pasa en nuestras vidas. Cualquier cosa que tenga que ver con esto ha de ser fotografiado y después editado en función del lugar en el que va a aparecer publicado. Pero no hay que autoeditarse en el momento de fotografiar. Hay que explicar la historia de la forma que mejor podamos, siendo fieles a los hechos.
Me gustan mucho otros países como Birmania [Myanmar] o Italia, pero la India tiene una gran diversidad étnica, una geografía muy intensa. Hay gente que vive en las junglas, en ciudades increíbles como Bombay o Calcuta. Hay una gran variedad de comunidades religiosas que va desde los sijs a los cristianos, pasando por islamistas, jainistas e hindúes. Es como si en la India todo se juntase."



Y yo añado: McCurry no es un fotógrafo cualquiera, no es una siemple relación fotógrafo-cámara. Vas más allá, es algo indescriptible. Uno de mis fotógrafos favoritos sin duda alguna.
Espero que no olvideís nunca más su trabajo y tampoco su nombre.
Como siempre, estoy al otro lado para informaros y haceros más sabios, en ésta, mi gran afición.
Hasta muy pronto.






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