Buenas noches.Como de costumbre, dos meses más tarde aquí me presento con mis buenas nuevas y mis fotos. Gracias doy por que las fotos no caduquen porque las mías las pobres parecen no ver la luz del día, esperando a ser expuestas se aburren. Ni siquiera el nuevo año me deja cumplir mis propósitos y sigo con esta vida ajetreada que me impide estar aquí siempre. Pero todo va muy bien, buen comienzo de año que por cierto ni siquiera os he felicitado. ¡Que mala educación la mía! En febrero os digo: feliz año nuevo. Os deseo un año cargado de salud, de deseos que se hagan realidad. Y no ando muy perdida ya que hoy hemos celebrado el nuevo año chino. Hace ya un año de aquellos desfiles y máscaras que hoy se han repetido, con caras familiares, frío, pólvora y viento. Pero felicidad por un año cargado de fuerza para los chinos. El año del caballo, buen año para emprender y apostar en proyectos profesionales tras un año de cosecha.
Exprimo mis últimos minutos de esta tarde de domingo que amenaza en lunes. 8,6º en este momento en la calle y silencio, salvo por mi música, y oscuridad, salvo por las luces de mi habitación.
Y aquí brilla París, sin dejar de sorprender con historias diarias, personajes curiosos y simpáticos, otros no simpáticos, dureza, realidad, amor, odio. Y como una droga te engancha cada día un poco más. ¿Qué tendrá? ¿Magia?
Por el momento la magia del sueño me ha hechizado y os digo hasta pronto para contaros anécdotas que guardo en mi memoria y describimos esta gran ciudad a través de pequeñas vidas.
Hoy un repertorio bastante variado: bolsos, skate, comida... Bon appétit!
