No falto nada: tomar algo a media tarde, cenita en casa y muchas muchas risas. El domingo por la mañana fuimos a ver el mercado Retro que nos encantó, comimos cerca de Champs-Elysses y nos dimos una vueltita por estos después. Culminamos el día viendo París desde la gran Noria y por si no era suficiente, M. puso el broche final a nuestro finde con un chocolate caliente en la habitación.
¡Un lujo!
Espero que empecéis bien esta última semana antes de Navidad. En una semana estoy allí. Besos.
María.